«Lo urgente desplaza lo importante» – no caiga en la trampa !
Los ejercicios de planeación deben hacer parte esencial del imaginario de toda familia, sobre todo de una familia empresaria. De la misma forma que una empresa define su misión y visión, establece indicadores, planes estratégicos y metas en sus diversas áreas, la familia, propietaria de un negocio y responsable de transmitir un legado a las siguientes generaciones debe hacer un alto en el camino y llevar a cabo un juicioso ejercicio de planeación que le ayude a construir las herramientas necesarias para transitar en el complejo sistema familia – negocio – propiedad.
El protocolo de familia o constitución familiar no es en sí mismo la solución a todos los problemas …
Tan pronto como una familia empresaria decide iniciar un proceso de planeación, no puede caer en el error de pensar que debe iniciar necesariamente por un Protocolo de Familia. El protocolo de familia, o constitución familiar es tan solo una de las muchas herramientas que puede tener una familia para poder ser exitosa en medio de un complejo entorno y sobrepasar los obstáculos que impone un mundo lleno de retos y desafíos tanto en el ámbito familiar como empresarial. Construir un protocolo de familia es una tarea ardua y compleja, a cargo del grupo familiar, no del asesor. El asesor cumple un rol de orientador y coordinador del proceso. El protocolo no se hace, se construye. Un protocolo puede tardar meses, incluso años.
El protocolo es un medio, no el fin. La familia diseña su estrategia de continuidad desarrollando herramientas y habilidades para darle continuidad a su negocio, trascender, y transmitir el legado. Una de esas herramientas, es el protocolo. No todas las familias están listas para iniciar este proceso, así como no todas las familias necesitan un acuerdo de este tipo.